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9 prácticas de diseño UX/UI para productos B2B

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La experiencia del usuario (UX) y el diseño de la interfaz de usuario (UI) son factores críticos para el éxito de cualquier producto B2B. Un producto bien diseñado no sólo satisface las necesidades de los usuarios, sino que también se alinea perfectamente con los objetivos de la empresa. En este artículo, exploraremos diez prácticas esenciales que deberían estar presentes en todo proceso de desarrollo de productos B2B. Mediante la aplicación de estas prácticas, no sólo conseguiremos mejorar la satisfacción del usuario, sino que también facilitaremos el camino para un producto más rentable e impactante.

Priorizar las necesidades empresariales

Antes de sumergirse en el diseño, es imprescindible comprender los objetivos principales de la empresa. Esto significa identificar los problemas específicos que abordará nuestro producto y dar forma al diseño en torno a esas soluciones. Debemos considerar cómo contribuye cada elemento de diseño a los objetivos empresariales generales. Por ejemplo, si un objetivo principal es agilizar la comunicación, es importante asegurarnos de que las funciones de mensajería sean destacadas e intuitivas.

Identificar el público objetivo y usuarios

Para crear un producto B2B realmente eficaz, primero debemos saber quiénes son nuestros usuarios. Para ello, es fundamental el desarrollo de personajes de usuario detallados que abarquen las características, los puntos débiles y los objetivos de nuestro público objetivo. Esta información nos servirá de brújula para orientar las decisiones de diseño hacia un enfoque centrado en el usuario. Por ejemplo, si nuestro producto se dirige tanto a equipos de ventas como a gestores de proyectos, debemos adaptar la interfaz a las necesidades específicas de cada grupo.

Realizar una investigación exhaustiva de los usuarios

La investigación de usuarios es la piedra angular del diseño centrado en el usuario. Mediante encuestas, entrevistas y análisis, podemos recopilar información sobre el comportamiento, las preferencias y los puntos débiles de los usuarios. Estos datos determinarán las opciones de diseño y garantizarán que cada elemento responda a una necesidad real del usuario. Por ejemplo, si los análisis revelan que los usuarios tienen dificultades con la incorporación, resultaría fundamental la posibilidad de implementar un tutorial guiado o un recorrido interactivo.

Mantener la coherencia en los elementos de diseño

La coherencia es clave para una experiencia de usuario fluida. Desde las combinaciones de colores y los tipos de letra hasta los estilos de los botones y la iconografía, debemos mantener la uniformidad en todo el producto. Una marca coherente infunde confianza y familiaridad a los usuarios, lo que hace que la experiencia de navegación sea más intuitiva y cómoda. Por ejemplo, si nuestra marca hace hincapié en una estética minimalista, es importante asegurarnos de que este principio se extiende de forma coherente a todos los elementos de nuestro producto.

Centrarse en una navegación intuitiva

Navegar por un producto B2B debe ser una experiencia sencilla e intuitiva. Debemos dar prioridad a una arquitectura de la información clara, que garantice que los usuarios puedan encontrar fácilmente lo que buscan. Sería recomendable considerar la posibilidad de implementar menús jerárquicos, rutas de migas de pan y funciones de búsqueda intuitivas. Al reducir la carga cognitiva y agilizar la navegación, los usuarios pueden realizar eficazmente sus tareas dentro de nuestro producto.

Priorizar la accesibilidad y la inclusión

La inclusión debe ser la piedra angular del diseño de productos B2B. Es imperativo asegurarnos de que nuestro producto es accesible para todos los usuarios, incluidas las personas con discapacidad. Para ello, debemos proporcionar texto alternativo para las imágenes, implementar la compatibilidad con lectores de pantalla y asegurarnos de que los contrastes de color cumplen las normas de accesibilidad. Al dar prioridad a la inclusión, no sólo ampliamos nuestra base de usuarios, sino que también contribuimos a un panorama digital más equitativo.

Optimizar el rendimiento y la velocidad

En el vertiginoso mundo de los negocios, el tiempo es un bien muy preciado. Nuestro producto B2B debe funcionar a la perfección y cargarse rápidamente. Para ello, podemos realizar acciones como comprimir las imágenes, minimizar las peticiones al servidor y aprovechar los mecanismos de almacenamiento en caché. Además, debemos realizar pruebas de rendimiento exhaustivas para identificar y solucionar cualquier cuello de botella. Un producto ágil no sólo mejora la satisfacción del usuario, sino que también fomenta una mayor productividad entre nuestros clientes.

Implementar CTA claros

Todas las pantallas de nuestro producto B2B deben guiar a los usuarios hacia las acciones deseadas. Debemos utilizar un lenguaje claro y conciso para los botones y las llamadas a la acción (CTA). Es importante asegurarnos de que estén colocados estratégicamente, aprovechando el color y los elementos de diseño para llamar la atención. Por ejemplo, si nuestro objetivo es animar a los usuarios a suscribirse a una prueba, debemos asegurarnos de que el botón «Iniciar prueba gratuita» esté bien visible y sea fácilmente accesible.

Aprovechar el diseño responsive

En el mundo actual, en el que priman los dispositivos móviles, es esencial crear un producto con un diseño responsive para que se vea bien en todos los dispositivos, independientemente de su tamaño o resolución. El diseño responsive es un enfoque del diseño y el desarrollo cuyo objetivo es garantizar la visualización y funcionalidad óptimas de una web en una amplia gama de dispositivos y tamaños de pantalla. En esencia, el diseño responsive permite que las páginas web se adapten y respondan al dispositivo del usuario, proporcionándole una experiencia fluida y fácil de usar tanto si accede a la web desde un ordenador de sobremesa, un portátil, una tablet o un smartphone.

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