El desarrollo de un producto suena divertido en su concepto, pero supone una enorme cantidad de trabajo duro que incluye la concepción, el diseño, la estrategia y la logística del producto.
Cualquiera puede tener una gran idea, pero sin el proceso adecuado, esa idea podría escaparse de las manos y no llegar nunca a materializarse.
Para intentar lanzar al mercado nuestro producto de la manera más eficaz posible, es necesario tener un proceso claro de desarrollo antes de empezar.
Aunque pueden haber pequeñas variaciones según el tipo de producto, veamos el proceso de desarrollo de productos en ocho pasos que recomendamos.
1. Lluvia de ideas y generación de ideas
No se puede tener un gran producto sin una gran idea.
La primera parte de cualquier proceso de desarrollo de un nuevo producto es la generación de ideas. Esto es así tanto si quieres lanzar una marca completamente nueva, un producto complementario como un reposacabezas para una silla que ya vendes, o una nueva función para una herramienta SaaS que has creado.
Si ya tienes una idea de producto con la que quieres trabajar, ¡genial! Esta es la fase en la que puedes empezar a concretar más detalles, como qué aspecto puede tener, qué quieres que haga o cómo quieres que funcione, y otras características básicas que quieres que tenga.
Si todavía no tienes una idea de producto, pero sabes que quieres ampliar tu negocio (¡o empezar uno!), lo mejor es hacer una lluvia de ideas. Piensa en lo que te interesa, en el sector en el que tienes conocimientos o en los problemas que quieres resolver en tu propia vida. Estos suelen ser buenos puntos de partida.
Durante el brainstorming, adopta el enfoque de «ninguna idea es mala idea», sobre todo si trabajas en equipo, porque cerrarte en banda puede obstaculizar la creatividad o impedir que los demás compartan ideas. Tampoco querrás descartar una gran idea debido a un obstáculo que en realidad sería bastante fácil de superar si lo pensaras más.
Después de elaborar una lista de ideas durante el brainstorming, querrás tomarte un tiempo para reducirlas a las que más te interesan, las que crees que son más posibles o las que crees que tendrían mejores resultados en el mercado.
2. Realizar estudios de mercado
La investigación de mercado es una parte vital del proceso de desarrollo de un producto, por lo que conviene dedicarle un buen rato.
Una buena investigación puede evitar que te metas en un mercado muy caro que no te lleve a ninguna parte.
Puede que te des cuenta, por ejemplo, de que ya hay un gran número de productos similares al tuyo en el mercado y tengas que encontrar otra forma de destacar u otro producto. También podrías descubrir que hay mucha demanda para el tipo de producto que quieres crear.
El estudio de mercado implica lo siguiente:
- Evaluar qué productos de la competencia directa o indirecta existen ya en el mercado.
- Cuánta demanda hay de compradores potenciales en tu nicho.
- Comportamiento general de los consumidores en la actualidad (durante las recesiones, por ejemplo, el gasto en artículos como la bisutería puede disminuir, pero no así el gasto en alimentación).
- Crecimiento previsto y niveles de competencia en el sector en el que estás entrando.
Ten en cuenta que el hecho de que tengas una sólida lista de competidores o de que el mercado sea difícil no significa que no debas seguir adelante. Significa, sin embargo, que querrás tener en cuenta estos factores a lo largo del proceso de desarrollo del producto, encontrando formas de contrarrestar cualquier desafío para que puedas superarlos.
3. Crear el roadmap
Ya tienes la idea del producto. Tienes el estudio de mercado.
Ahora es el momento de analizar la logística.
¿Qué tienes que hacer para crear este producto?
Es posible que necesites:
- Crear un prototipo.
- Encontrar fabricantes y proveedores.
- Desarrollar el embalaje del producto.
- Idear un plan de marketing, incluida la creación de una web.
- Solicitar los permisos o licencias necesarios, dependiendo del sector al que te dediques y de la ubicación de tu empresa.
- Generar precios.
- Conseguir fondos o financiación, ya sea a través de cuentas personales, fondos de tu empresa, inversores u opciones de financiación empresarial.
¿Con quién tendrás que trabajar? ¿Qué hay que hacer y con quién hay que ponerse en contacto para conseguirlo?
De nuevo, haz una lista. La investigación puede ayudarte si te sientes perdido sobre lo que necesitas o por dónde empezar, sobre todo porque es diferente en cada sector. Alguien que quiere vender galletas caseras usando la receta de su abuela va a tener un proceso diferente al de una marca que quiere lanzar un nuevo tipo de cortadora de césped.
4. Crear un prototipo
Cuando se crea un producto, es lógico que se necesite un prototipo.
Quieres crear un producto acabado que puedas poner en tus manos. Esto te ayudará a asegurarte de que el producto es como lo habías imaginado (y con la función y la calidad que deseas), y para tener un producto terminado que se puede utilizar como una muestra cuando esté listo para la producción en masa real.
Ten en cuenta que normalmente hay que hacer varios intentos para conseguir un prototipo que te satisfaga; la mayoría de las veces, es necesario probar varias opciones diferentes y hacer mejoras y cambios hasta que estés satisfecho con el resultado final.
Empieza con dibujos y una lista de los materiales que quieres utilizar para la producción. A continuación, empieza a probar distintas versiones y avanza poco a poco hasta llegar al resultado final.
Algunos productos puedes crearlos tú mismo, como esa receta de galletas caseras. Otros, como el nuevo cortacésped, van a ser mucho más caros y largos de crear, por lo que es posible que tengas que dedicar más tiempo a consultar a otros expertos, buscar problemas y reducir opciones antes de crear verdaderos prototipos.
5. Construir la supply chain y encontrar socios
Cuando tengas un prototipo en tus manos (o incluso cuando estés en las fases finales), es hora de empezar a ultimar cómo será tu supply chain.
La supply chain estándar para alguien que fabrica bolsos veganos podría incluir:
- Proveedores de materias primas, como cuero vegano, cremalleras, fieltro para el interior de los monederos y los herrajes dorados de los monederos.
- Fabricantes que ayuden a coser los monederos.
- Una empresa de embalaje que ofrezca soluciones personalizadas para tu marca, como una bolsa antipolvo, un folleto impreso sobre tu marca y una caja de envío personalizada con tu marca.
- Un almacén que almacene y envíe los productos por ti.
Cuanto más complicados sean los productos, más complicada puede ser la supply chain. Por ejemplo, los diseñadores de relojes siguen perteneciendo al sector de la moda, pero hay muchas más piezas móviles, literalmente. Puede que necesiten abastecerse de diferentes tipos de engranajes, diferentes tipos de esferas de cristal y elementos únicos para que los relojes sean visualmente impresionantes.
Es fundamental saber con quién vas a tener que trabajar y acordarte de comparar precios, porque los costes variables influirán mucho en el umbral de rentabilidad. Cuanto más bajos sean los costes sin sacrificar la calidad o la fiabilidad de la supply chain, más beneficios obtendrás.
6. Establecer tu propuesta única de venta
Llegados a este punto, ya tienes una buena idea del producto que vas a crear y de la marca que quieres construir en torno a él.
Ahora es el momento de afinar tu propuesta única de venta.
Tu propuesta única de venta es la razón por la que tu público objetivo va a comprarte. Es lo que te diferencia de los demás competidores del mercado, y es la respuesta a la pregunta siempre frecuente de los clientes: «¿Qué gano yo?
Tu propuesta única de venta tiene que ver con el valor diferencial y único que tu ofreces.
Debe estar influenciada por el valor que deseas ofrecer a los clientes, pero también por lo que crees que los clientes están buscando. Y aquí es donde entra en juego parte de ese estudio de mercado.
7. Determinar el precio
Una vez definida tu propuesta, puede empezar a fijar los precios.
Desarrollar una estrategia de precios puede resultar abrumador porque hay que tener en cuenta muchos factores. Entre ellos están los siguientes:
- Tus costes fijos y variables, tanto los actuales como los previstos para el futuro.
- Cuánto cobra la competencia.
- En qué oferta de valor te centras y cuál es tu propuesta única de venta.
El equilibrio es muy delicado. Es absolutamente necesario ser rentable y tener en cuenta aspectos como las devoluciones, los envíos perdidos y los artículos dañados en el almacén.
Hay que fijar precios competitivos, pero esto no significa «ser la opción más barata». Si quieres ser asequible, entonces sí, tendrás que tener un precio bajo, pero está claro que hay muchas marcas que se sienten muy cómodas y tienen éxito cobrando más que sus competidores.
Mucha gente, por ejemplo, está dispuesta a gastar más en artículos de alta calidad que resistan bien el paso del tiempo, incluidos artículos como cuchillos de cocina o incluso ropa.
Algunos pagarán más por productos que les ofrezcan mayor funcionalidad o características adicionales, como el último iPhone o un horno mejorado.
Muchos gastarán más en marcas que se ajusten a la propuesta de valor que buscan. Los compradores de la generación millennials y la generación Z, por ejemplo, buscan sistemáticamente marcas sostenibles (y gastan más en ellas).
8. Estrategias de marketing y comercialización
Ya has trazado la estrategia, has investigado y has creado.
Ahora es el momento de poner en marcha el resto del plan.
A medida que tus productos se vayan fabricando en serie (aunque sea a pequeña escala), podrás poner en marcha tus estrategias de comercialización y salida al mercado.
En este punto, tendrá que hacer lo siguiente:
- Desarrollar una estrategia integral de comercialización que te ayude a presentar tu producto a clientes y, potencialmente, a personas influyentes.
- Considerar la posibilidad de asociarte con diferentes minoristas para ayudar a vender tu producto en un volumen mayor.
- Determinar cómo venderás tus productos y colocar las piezas adecuadas (ya sea creando un ecommerce, inscribiéndote en conferencias para mostrar tu producto, etc.).
Determina cuáles serán tus estrategias en las distintas plataformas de marketing, como el correo electrónico, las redes sociales, los anuncios de pago por clic, el marketing de influencers, etc.
El campo del marketing de los lanzamientos de productos puede ser difícil, sobre todo porque muchas marcas tienen que empezar desde cero y probar sobre la marcha.