La taxonomía SEO se refiere al proceso de organizar y categorizar las páginas y enlaces de una página web de forma que ayude a los motores de búsqueda a comprender las relaciones entre las páginas. Se trata de crear una estructura jerárquica de categorías y subcategorías que ayude a los motores de búsqueda a indexar y clasificar las páginas web con precisión.
Por ejemplo, un ecommerce que venda gadgets puede utilizar la taxonomía SEO para organizar los productos por categoría (por ejemplo, electrónica), subcategoría (por ejemplo, ordenadores, smartphones, televisores) e incluso marca o color. De este modo, los motores de búsqueda podrán rastrear e indexar la web más fácilmente y los usuarios podrán navegar y encontrar lo que buscan.
Entonces, ¿cómo implementar la taxonomía SEO para tu negocio? Este post cubrirá los fundamentos de la taxonomía SEO y cómo optimizar tu taxonomía para SEO.
¿Qué es la taxonomía SEO?
La taxonomía SEO es el proceso de organizar y categorizar los enlaces en una web para mejorar la visibilidad en los motores de búsqueda. Implica agrupar páginas y contenidos similares, crear una jerarquía de enlaces y utilizar un texto de anclaje descriptivo para ayudar a los rastreadores de los motores de búsqueda a interpretar el contenido de la web.
¿Por qué es importante la taxonomía SEO para tu empresa?
La taxonomía SEO es esencial para tu negocio, ya que ayuda a organizar y estructurar el contenido de tu web de una manera que los motores de búsqueda pueden entender e indexar fácilmente, lo que resulta en una mayor visibilidad y mejores clasificaciones.
Mediante el uso de una categorización clara y coherente de los productos o servicios, la taxonomía SEO puede mejorar la experiencia del usuario para los clientes que navegan por tu web, aumentando el compromiso y las conversiones.
Además, tener una taxonomía bien organizada puede ayudar con la vinculación interna y las estrategias de creación de contenidos, por lo que es más fácil identificar las lagunas en el contenido de tu web y dar prioridad a las áreas de mejora.
Taxonomías frente a estructura de URL
Aunque las taxonomías y la estructura de URL ayudan a organizar el contenido de la web, tienen propósitos diferentes. Las taxonomías clasifican y agrupan contenidos similares, mientras que la estructura de URL crea una jerarquía e indica la relación entre las páginas.
Por ejemplo, puedes utilizar una taxonomía para agrupar todas las entradas del blog sobre cocina en una categoría «cocina». Al mismo tiempo, utilizar la estructura de URL para indicar que una entrada específica sobre recetas es una subpágina de la página principal de la categoría de cocina. El uso de taxonomías y estructura de URL puede mejorar la navegación por la web y la experiencia del usuario.
Este enfoque puede conducir a un mayor compromiso y a pasar más tiempo en la web, lo que en última instancia aumenta las posibilidades de conversiones o de alcanzar los objetivos. Es esencial planificar y aplicar cuidadosamente las taxonomías y las estructuras de URL para asegurarse de que se ajustan a la estrategia y los objetivos generales de nuestra web.
3 tipos principales de taxonomías
Las taxonomías pueden clasificarse en diferentes tipos en función de su finalidad y estructura.
1. Taxonomías jerárquicas
Las taxonomías jerárquicas organizan el contenido en una estructura similar a un árbol, donde cada nivel representa una categoría y sus subcategorías. Se suelen utilizar en bibliotecas online, ecommerce y sistemas de gestión de contenidos para ayudar a los usuarios a navegar y encontrar información relevante.
Por ejemplo, una taxonomía jerárquica para una web de ropa podría tener categorías como «ropa de hombre» y «ropa de mujer», con subcategorías como «camisas» y «pantalones» debajo de cada categoría principal. Esto permite a los usuarios explorar y filtrar fácilmente los productos en función de sus necesidades y preferencias específicas.
Las taxonomías jerárquicas pueden ayudar a la optimización para motores de búsqueda al proporcionarles una estructura clara para rastrear e indexar el contenido de la web, mejorando tu visibilidad y clasificación en los resultados de búsqueda. También pueden ayudar en la organización y el mantenimiento del contenido, facilitando a los administradores de la web añadir, eliminar o actualizar el contenido según sea necesario.
2. Taxonomías facetadas
Las taxonomías facetadas son un sistema de clasificación que permite a los usuarios navegar y filtrar información basándose en múltiples atributos o facetas. Estas taxonomías se utilizan habitualmente en ecommerce, bibliotecas online y otras plataformas ricas en información para mejorar la capacidad de búsqueda y la experiencia del usuario.
Por ejemplo, una taxonomía facetada para una web de ropa podría incluir facetas como talla, color, material y estilo, lo que permitiría a los usuarios acotar fácilmente sus resultados de búsqueda para encontrar exactamente lo que buscan.
Las taxonomías facetadas pueden organizar y mostrar conjuntos de datos complejos de un modo fácil de entender y analizar, lo que las hace útiles para la investigación y la visualización de datos. También pueden personalizarse y adaptarse a las demandas de diversos sectores y aplicaciones.
3. Taxonomías de red
Las taxonomías de red son clasificaciones jerárquicas que agrupan los componentes y dispositivos de red en función de sus características y funciones. Proporcionan un enfoque estructurado para el diseño, la gestión y la resolución de problemas de la red.
Por ejemplo, una taxonomía de red puede clasificar los dispositivos como conmutadores centrales, de distribución o de acceso en función de su ubicación y función en la red, lo que permite una gestión y un mantenimiento más eficientes.
Además, las taxonomías de red también pueden ayudar a identificar posibles riesgos y vulnerabilidades de seguridad agrupando dispositivos con requisitos de seguridad similares e implementando medidas adecuadas para protegerlos. Esto puede mejorar la seguridad general de la red y reducir el riesgo de ciberataques.
Cómo optimizar tu taxonomía para SEO
1. Realiza una investigación exhaustiva de palabras clave
El primer paso para implementar la taxonomía SEO es llevar a cabo una exhaustiva investigación de palabras clave para determinar qué palabras clave son relevantes y reciben un gran volumen de tráfico en Internet.
Este paso es crucial porque informará la estructura y organización de tu taxonomía, lo que te permitirá agrupar palabras clave relacionadas y crear una jerarquía que los motores de búsqueda puedan comprender y rastrear fácilmente, mejorando la clasificación de búsqueda y la visibilidad.
2. Organiza el contenido de tu web en categorías y subcategorías
Una vez que hayas identificado estas palabras clave, puedes organizar el contenido de tu web en categorías y subcategorías que se alineen con estas palabras clave, creando una taxonomía clara y estructurada optimizada para SEO.
Para ello, puedes crear un mapa de la web o un menú de navegación que refleje la jerarquía de tu taxonomía, facilitando a los usuarios y a los motores de búsqueda la navegación por la página y la búsqueda de contenido relevante.
Por ejemplo, si tu web trata sobre jardinería, puedes agrupar palabras clave relacionadas como «libros de jardinería» en una categoría separada, lo que ayudará a los motores de búsqueda a interpretar mejor el contenido de y asignarte una clasificación.
Al hacer esto, puedes asegurarte de que tu web sea fácilmente navegable tanto para los motores de búsqueda como para los usuarios, lo que puede mejorar la experiencia del usuario y, en última instancia, atraer más tráfico a tu web. Una taxonomía bien organizada también puede ayudarte a identificar las lagunas en tu contenido y las oportunidades para nuevas páginas o entradas de blog.
3. Incorpora las palabras clave objetivo en los metadatos de tus categorías y subcategorías
A partir de ahí, puedes incorporar las palabras clave elegidas en los metadatos de tus categorías y subcategorías, como los títulos de las páginas, las descripciones y las etiquetas alt de las imágenes, para mejorar aún más tus esfuerzos de SEO y aumentar la visibilidad para los clientes potenciales.
Por ejemplo, si tu palabra clave es «jardinería de flores», puedes crear una categoría, «herramientas de jardinería de flores», y luego crear una etiqueta de título SEO «Suministros y herramientas de jardinería de flores – Compra online en [Nombre de tu web]» y una etiqueta meta description «Encuentra todo lo que necesitas para una jardinería de flores exitosa en [Nombre de tu web]. Compra nuestra selección de herramientas, suministros y mucho más hoy mismo.»
Al utilizar palabras clave relevantes en tus metadatos, los motores de búsqueda pueden comprender mejor el contenido de tu web y mostrarlo a los usuarios que busquen esos términos específicos. Esto puede conducir a mayores tasas de clics (CTR) y, en última instancia, más conversiones para tu negocio.
4. Añade enlaces internos y externos dentro de tus taxonomías
Incorpora enlaces internos y externos dentro de tus categorías y subcategorías para ayudar a los motores de búsqueda a comprender la jerarquía y organización de tu web, facilitándoles el rastreo y la indexación de tus páginas.
Por ejemplo, si tu web trata sobre jardinería y una de las categorías es «horticultura», puedes enlazar a las entradas de tu blog sobre siembra asociada o preparación del suelo dentro de esa categoría y a recursos externos como foros de jardinería o proveedores de semillas.
Si lo haces, mejorarás la experiencia del usuario al proporcionar información relevante y útil y enviar señales a los motores de búsqueda de que tu web es una fuente valiosa y autorizada sobre el tema.
5. Seguimiento del tráfico de taxonomías y del posicionamiento en buscadores
Realiza un seguimiento del tráfico de tus taxonomías y de su posición en los motores de búsqueda utilizando herramientas como Google Analytics para controlar el rendimiento de tus taxonomías e identificar áreas de mejora.
El análisis regular de estos datos te permite ajustar y perfeccionar tu estrategia de palabras clave para obtener resultados aún mejores y tomar decisiones informadas sobre la optimización de tus taxonomías para mejorar el tráfico y la clasificación en los motores de búsqueda.
Por ejemplo, puedes descubrir que determinadas palabras clave están generando más tráfico y conversiones que otras, lo que te permitirá centrar tus esfuerzos en esos términos de búsqueda concretos y mejorar el rendimiento general de tu SEO.
Mediante el seguimiento de los términos de búsqueda que los usuarios utilizan para encontrar tu contenido, puedes identificar lagunas en tu taxonomía y crear nuevas categorías o etiquetas para organizar mejor tu contenido y mejorar la capacidad de descubrimiento.
Además, mantenerse al día de las últimas tendencias y cambios en los algoritmos de búsqueda puede ayudarte a adelantarte a la competencia y mantener una sólida presencia online.